sábado, 9 de marzo de 2013

Discurso de grado


Hoy es un día importante para nosotros, hoy es un día especial para nuestros familiares y personas cercanas, hoy es un día que permanecerá en nuestra memoria por lo que queda de nuestras vidas, hoy es un día para agradecimientos, para elocuencias, para la alegría, para el llanto, para el vino y la champaña, para el descanso, para tomar fuerzas, para olvidar y no arrepentirse. Hoy, de manera muy afortunada, estamos frente a este atril con el fin de sujetar, con las fuerzas que quedan, el papel que determinará, muy seguramente, el futuro que nos espera. Hoy, en un discurso similar a éste, daremos gracias a quienes nos tuvieron paciencia, a quienes nos acompañaron y aconsejaron en el recorrido ya superado. Final e irónicamente, dejaremos los agradecimientos para el Alma máter en último lugar y olvidaremos el por que. Sin cometer ese error, en este escrito agradeceremos a quien nos acogió en su seno académico por estos largos e imparables años. Le agradecemos su campus, sus zonas verdes, sus pasillos, salones, escritorios, repisas, cafeterías, laboratorios, sus profesores, sus administradores y todos sus errores. A nuestra Alma máter, gracias por los profesores que perdieron el gusto por la enseñanza, que olvidaron su papel en la sociedad, que olvidaron actualizarse, por su desinterés académico, por aquellos que son clasistas y racistas, por los que tienen el puesto sin merecerlo, por la mediocridad de algunos y la soberbia de otros, por aquellos con exceso de títulos y poco altruismo, por aquellos que hoy nos permiten reflexionar, pensar, sentir academia y sociedad. Gracias por vincularnos a esta élite social, que distingue las pocas cualidades pedagógicas. Cualidades que han facilitado encontrar un ejemplo donde se deduzca, que la academia no atiende las necesidades básicas de una comunidad pluralista, pluricultural, plutiétnica, con diferentes exigencias, que esta entrando a un nuevo orden mundial, a un mundo globalizado, tecnológico, sobrepoblado; aparentemente, al observar la demanda, la academia se lava las manos brindando títulos por volumen, a individuos con poca capacidad de reflexión, poca crítica y poca auto crítica; presumiblemente, en el actual sistema, convienen individuos con pocas dudas en sus pensamientos, permitiendo a los medios masivos de comunicación entrar en sus ideas, moldeando sus mentes y construyendo, finalmente, empleados, obreros, capataces. Lamentablemente, individuos con títulos y sin conocimiento, que profesionalmente pretenden saber todo y que en la mayoría de los casos saben solo lo necesario.

A todo este mar de consecuencias, solo se le tiene agradecimientos, porque ha permitido deslumbrar el desierto de opciones, posteriores a este escrito. Mil veces gracias, porque sin aquellos errores, hoy nuestras mentes beberían del elixir alucinógeno de la farándula mundial, de la publicidad, de los medios masivos de desinformación, de los partidos políticos, de los políticos, de las religiones, de las redes sociales y demás actividades falaces de la actual sociedad.

Y a la sociedad que la actual academia ha construido, gracias por mostrarnos el nepotismo, la palanca, el impuesto al favor recibido, la competencia, la guerra, la religión, la esclavitud, el egoísmo, el egocentrismo, la avaricia, la codicia, el desinterés, la indiferencia, la separación de clases, el racismo, el clasismo, el fascismo, el apartheid.

Gracias por indicar el otro camino, el más humano, el más sensato, el más sincero, el más honesto, el más real.

@Sebastiamos

Adenda: Discurso escrito de forma general y adaptable a cualquier institución.