sábado, 6 de abril de 2019

El poder del diálogo

Hoy, el presidente Duque, en contra de toda solicitud uribista, informó al país que la vía Panamericana se desbloqueaba gracias al diálogo conciliador propuesto por varias entidades gubernamentales y la Minga. Fue casi un mes de difíciles momentos de orden económico y social que tuvieron que enfrentar los Departamentos del Cauca y Nariño. Afortunadamente, varias entidades gubernamentales entendieron las dinámicas y problemáticas históricas del territorio y se echaron el problema al hombro, en contra de todo pronóstico y enfrentando las diferencias discursivas que alentaban al gobierno nacional a no negociar con los indígenas (de hecho, en la jerga pro-gobierno, ellos son terroristas y al mismo tiempo guerrilleros).

Celebro el desbloqueo de la vía Panamericana, pero también celebro el hecho que sea el diálogo el camino escogido para solucionar nuestros conflictos. Sin embargo, no es posible celebrar el criterio que tiene el uribismo fanático para calificar a los indígenas como terroristas y guerrilleros. No se puede celebrar que el territorio que ellos ocuparon por miles de años, les haya sido arrebatado por terratenientes acaudalados especialmente del Cauca y Valle del Cauca.  Esos territorios han dado forma a las tradiciones indígenas por años, permitiendo su sustento y vivencias alejados de la civilización que hoy los presiona y les exige un nuevo tipo de estructuración. Negociar con comunidades que han visto ceder sus espacios no es sencillo, por lo tanto, es necesario entender las complicaciones que históricamente han sufrido estas comunidades, propiciando espacios donde solo hayan beneficiados pero a la vez, respetando las costumbres de todos los lados. Es por esto que celebro al fin, que el gobierno central, con mucha ayuda de los gobiernos afectados y locales, haya logrado un pre acuerdo con la Minga. Es importante que la administración de Duque, coja experiencia en la administración del país, dando fe que el diálogo es el camino.

Como lo evidenciamos hoy, el método uribista de resolver los conflictos a "plomo", como lo vociferó un ferviente fanático del ex presidente en una marcha en Bogotá, ya está mandado a recoger. Se ha demostrado frecuentemente que es un discurso retrógrado, que divide la sociedad, que no tiene en cuenta las clases con menores oportunidades económicas, no tiene en cuenta a grupos minoritarios, mucho menos a grupos con pensamiento diferente al del "mejor presidente que ha tenido Colombia". Así las cosas, hoy, al desbloquearse la vía Panamericana en el Departamento del Cauca, se demuestra una vez más, que el diálogo es la vía, que es posible llegar a un consenso por ese medio y que identificar nuestras diferencias es lo que nos une como pueblos de una sola nación. A diferencia de lo que piensa el uribismo.

PD1: Casi todos los uribistas (por no decir todos, habría que hacer censo) creen en dios.

PD2: Todos los créditos a las entidades que enfrentaron diariamente este problema.