jueves, 6 de octubre de 2011

Maravillas turísticas...¡¡¡

No hay duda de la enorme cantidad de lugares turísticos en Colombia, muchos de estos lugares son iglesias, capillas, santuarios o lugares para elevar una oración, sin duda alguna uno de esos lugares es el Santuario de Nuestra Señora de las Lajas en Ipiales, Nariño.

Construido sobre el cañón del río Guaitara y cuya historia inicia con el avistamiento de la "Mestiza" por parte de una niña sordomuda, el Santuario de Nuestra Señora de las Lajas es un lugar de culto obligatorio en el itinerario católico. Creyentes de diferentes lugares del departamento acuden a su presencia en el trascurso del año y especialmente durante la conmemoración anual de la Semana Santa, caminando desde sus hogares en penitencia por los pecados cometidos y como muestra irrefutable de su profunda fe hacia Nuestra Señora. Es habitual visitar el santuario y encontrar creyentes oriundos de otros departamentos o incluso extranjeros (Ecuatorianos, venezolanos, peruanos, etc) quienes confirman la profunda devoción que el santuario ha fomentado en la comunidad católica del mundo entero.

Aunque su arquitectura es gótica, su estructura no es ostentosa como las principales catedrales, su recinto es pequeño, sencillo pero acogedor y justo para manifestar la devoción que Nuestra Señora de las Lajas necesita.

Es normal admirarse de su osada construcción y del enorme significado que tan pequeño monumento tiene sobre la comunidad en general.

Por otra parte, nos centraremos en los millones de creyentes que visitan anualmente el santuario y quienes entran y salen de la capilla en un orden aleatorio, tomando fotos, grabando, paseando, indagando, hablando, en grupos, solitarios, pobres, turistas, locales, comerciantes, administrativos, ricos, padres, necesitados, minusválidos, monjas, niñas, niños, bebes, abuelos, ancianos, papás, mamás y un sin número de personajes que quieren llevarse un recuerdo de su encuentro con el templo. Por lo general, dicho recuerdo son miles de fotos, algunos videos, una roca pintada simbolizando el cañón, agua bendita o agua regada por un angelito situado al otro lado del puente, unas velas, otra foto tomada por los fotógrafos locales, dijes, fotos o retratos de Nuestra Señora de las Lajas, juguetes para niños, crucifijos e infinidad de recuerdos que servirán como prueba fidedigna de que cada creyente estuvo de visita en "donde el verde es de todos los colores".

Antes de llegar a la capilla es imposible no notar la cantidad de favores recibidos que muchos creyentes agradecen con placas al borde del camino, las cuales terminan en un letrero de advertencia que reza:

A estas alturas del camino y desglosando el mensaje, sería interesante preguntarse ¿Cuantas personas no van como turistas? Tomando fotos, en pantalonetas, gafas oscuras, maletines costosos, entran y salen. Ahora bien, el Respeto y Recogimiento son normas que deberían ser implícitas al ingresar al templo o a cualquier otro lugar, son normas fundamentales de la sociedad (aunque no se acaten) y no se puede dejar de lado que es una exigencia vestirse bien, lo cual nos lleva a pensar, ¿Será que a Nuestra Señora de las Lajas le interesa tanto nuestra vestimenta o nuestra condición para visitarla, así vayamos de pasadita? En este punto ya llegamos a una paradoja entre los motivos fundamentales por los cuales el hombre creó la religión (estoy seguro que lo hizo de muy buena intensión) y en lo que ésta se ha convertido.

Otro detalle que es interesante resaltar en la estructura, son los artículos electrónicos que tiene la torre (Antenas, lamparas, megáfonos) o el recinto (Parlantes, lamparas, micrófonos, caja fuerte) los cuales, intuimos, implican un gasto monetario, que muy seguramente el pueblo costeará.

Es sugestivo detallar el candado de la caja fuerte. Muy posiblemente los administradores del santuario ya tengan claro que tipo de personas acuden a pedir ayuda al templo de Nuestra Señora de las Lajas y muy seguramente dios va a amar más a quien da su dinero feliz, que a quien da su dinero en tiempos difíciles. Aún así, tiempos difíciles resultan ser los días de "no comunión" donde se observan locales cerrados, edificios vacíos y un notable ambiente de soledad por las calles del corregimiento que solo una muchedumbre puede reavivar, sí, una muchedumbre de turistas por ejemplo.

Por último, con el transcurso de los tiempos es indiscutible no pensar en el cambio de las personas, sus costumbres y tradiciones, sus maneras de pensar y manifestarse, entonces estaríamos de acuerdo con tratar de encontrar alguna semejanza entre el tipo de personas que acudieron al lugar después del avistamiento de la "Mestiza" y el tipo de personas que acudimos hoy en día a pedir por un milagro.

En mi humilde opinión y como lo dije al inicio del blog, hay una enorme cantidad de lugares turísticos en Colombia, algunos pierden su esencia y ahora solo esperan turistas.

1 comentario:

  1. Como siempre es un deleite leerte. Escribes muy bien. Ojalá pronto nos regales un nuevo escrito con tu forma tan particular de ver la vida.

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